miércoles, 4 de noviembre de 2009

Loro, pala, lila

Víctor estaba jugando esta mañana a encontrar palabras con la letra L. Mientras levantaba una torre con las piezas del lego iba entrando y saliendo del cuarto para informarme de sus hallazgos. ‘Lata también lleva L’, ha dicho mientras cogía más piezas de colores del tambor de cartón. De repente, se ha detenido en la palabra luna y ha empezado a deletrearla vocalizando lentamente. Luego ha dibujado las letras de la palabra en su pizarra dejándose guiar por los sonidos que pronunciaba en voz baja. Escrita la palabra, ha seguido el camino inverso deteniendo un dedo en cada letra y pronunciándola acto seguido con una sonrisa de satisfacción. En ese trayecto de ida y vuelta se ha entretenido un buen rato. Enfrascado como estaba en la tarea, mi interés le ha pasado desapercibido. Ha estado probando su recién adquirida habilidad con diferentes palabras (loro, pala, lila) hasta que, cansado, ha dejado la pizarra sobre la mesa y se ha vuelto a concentrar en la construcción de la torre de colores.

Supongo que para él el descubrimiento de ese misterioso atajo no revierte mayor importancia. No puede ver aún (o tal vez sí, su sonrisa de felicidad le delataba) las posibilidades infinitas de esos curiosos signos que desde hace un tiempo despiertan su atención, el vértigo combinatorio de las palabras y su poder de evocación. Es sólo un nuevo aprendizaje, me he dicho. Todos los niños empiezan a escribir a cierta edad. Sin embargo, he pasado el resto de la mañana rebuscando entre mis libros. Eligiendo, imagino, futuros anzuelos para su curiosidad lectora.

8 comentarios:

  1. Admito sugerencias. Supongo que me estoy adelantando un poco y aún es pronto para 'La isla del tesoro'.

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  2. Supongo que yo también me adelanto un poco si sugiero el que fuera mi primer anzuelo -empecé tarde-: El hombre ilustrado.

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  3. Añado pues a Bradbury a la lista.
    Aunque ya se sabe que, en esto, uno propone y las videoconsolas disponen...

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  4. Y el tomate frito... pero cómo nos hacemos mayores ¿A que asusta lo tiernines que nos ponemos con los retoños, con cada pequeño paso que dan, con la naturalidad con la que los dan?

    P.S. (a título personal) ¿Es de recibo que solo nos comuniquemos por estas vías virtuales estando como estamos a diez minutos de una cerveza?

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  5. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  6. ¿A quién se lo dices, D./Dña. compromisos perennes?????

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  7. Perdona, majete, pero el de la comida familiar inopinada fuiste tú y no es culpa mía que a la señora de mis entretelas le salgan bolos y se tenga que cuidar y todo eso... Así que voto por merendola el sábado (y eso sin consultar a la de las entretelas, que ya verás...)

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