domingo, 21 de febrero de 2010

Benjamín Prado - Alberto Caraco



1. Ser un escritor comprometido es serlo en segundo lugar con la política y en primer lugar con la propia escritura. Y no hay revolución que tenga la más mínima relevancia si no ha empezado por ser una insurrección contra el lenguaje, contra lo ya conocido o lo evidente.
(Benjamín Prado. Siete maneras de decir manzana)

2. Nuestras revoluciones son puramente verbales y cambiamos las palabras para tener la ilusión de que cambiamos las cosas
(Alberto Caraco. Breviario del caos)

4 comentarios:

  1. Quizá sean las únicas revoluciones que tenemos a mano (o en las yemas de los dedos): en la punta del lápiz o en la punta de la lengua.
    Un abrazo.

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  2. Pero es que comprometerse con uno mismo es la verdadera revolución. En la mayoría de los casos, además, revolución pendiente.

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  3. Me temo que esa ha sido lo que llamaríamos una hebra efímera (como esa arquitectura pensada para desaparecer) y extemporánea. Pero no desesperes: existen otros soportes aparte del informático y creo que hemos quedado para comer el jueves, ¿no?

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  4. Como dice Caraco no pasan de la teoría a la practica, del lápiz a cambiar la realidad, que esta no se cambia por solo el verbo de una palabra sino también acción contra el sistema sus instituciones y símbolos que es la destrucción y destruir significa destruir de verdad no metafóricamente.

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